Estimulación Transcraneal por corriente directa (tDCS)
La estimulación transcraneal por corriente directa (tDCS) es un método de estimulación cerebral no invasiva, que utiliza una corriente continua de baja intensidad a través de electrodos colocados en el cuero cabelludo.
Su popularidad ha crecido enormemente durante las últimas 2 décadas, con varios miles de artículos publicados en pubmed desde 2005, en comparación a los 65 artículos publicados entre 2000 y 2005.
La tDCS permite la modulación reversible de la actividad en determinadas regiones del cerebro, siendo una técnica versátil y fácil de usar desde el punto de vista técnico.
En cuanto al origen histórico de la tDCS, como anécdota curiosa, habría que remontarse históricamente al año 43 de nuestra era, cuando Scribonius Largus, médico del emperador Claudio de Roma, utilizó un pez torpedo para realizar una descarga eléctrica en la cabeza de un paciente con cefaleas. Ya mediante la utilización de aparatos eléctricos, muchos siglos después, en 1881, en Bolonia, el médico Giovani Aldini, sobrino de Luigi Galvani, utilizó una batería eléctrica para aplicar corriente a un paciente con depresión, consiguiendo mejoría en pocas semanas.
En Salud Mental se ha aplicado con éxito para reducir los síntomas de depresión mediante la estimulación (excitación anódica) en corteza prefrontal dorsolateral izquierda, siendo esta su principal indicación en el área de la Psiquiatría. También ha demostrado eficacia en el tratamiento de adicciones, síndrome de Tourette, TDAH y alteraciones cognitivas. En estudios a pequeña escala, que pueden ser la antesala de nuevas investigaciones, también ha demostrado reducir las alucinaciones en personas con esquizofrenia ( Agarwal et al., 2013 ) y mejorar los retrasos en la adquisición de sintaxis en el trastorno del espectro autista ( Schneider y Hopp, 2011 ).
En cuanto a su utilización en otros campos de la medicina, existen estudios y protocolos en dolor neuropático, fibromialgia, migraña, dolor crónico, control del dolor postquirúrgico, enfermedad de Parkinson (motor y cognitivo), post ictus (motor y lenguaje), epilepsia. En poblaciones sanas ha demostrado acelerar el aprendizaje y mejorar el rendimiento de tareas cognitivas.
Desde el punto de vista biofísico, la corriente eléctrica aplicada genera un cambio en el potencial de membrana de las neuronas corticales por donde pasa. En función de la colocación de los polos (ánodo y cátodo) generará un efecto diferente. La estimulación tDCS anódica aumenta la excitabilidad neuronal, tendiendo a la despolarización y aumentando la sensibilidad. Por el contrario, la estimulación catódica disminuye la excitabilidad neuronal tendiendo a la hiperpolarización. De este modo, mediante la utilización de diferentes montajes del ánodo y el cátodo, se puede aplicar la técnica en diferentes posiciones en el cuero cabelludo del paciente que actuarán sobre áreas específicas de la corteza cerebral. Se utiliza una corriente máxima de 2 mA (miliamperios) y la duración de las sesiones suele ser de unos 20 minutos, siendo necesarias un mínimo de 5 sesiones en la mayoría de las aplicaciones para encontrar respuesta clínica, y recomendándose un número de sesiones mayor para completar los tratamientos.
En cuanto a los mecanismos fisiológicos, la neuroplasticidad producida por la tDCS implica unos cambios a largo plazo, que dependen de los niveles de calcio postsináptico con la participación del N-metil-D-aspartato (NMDA) y receptores de ácido alfa-amino-3-hidroxi-5-metil-4-isoxazolpropiónico (AMPA), glutamato metabotrópico receptores, así como receptores de ácido gamma-aminobutírico (GABA-A y GABA-B). También se postulan mecanismos relacionados con la activación y regulación génica y la expresión de proteínas de novo.
Los dispositivos capaces de aplicar tDCS están avanzando en versatilidad, seguridad, manejo y adaptabilidad. Además de los aparatos de uso profesional en clínicas especializadas, existen ya modelos portátiles, que, aunque no tienen la misma flexibilidad de uso, son capaces de reproducir muchos de los montajes y protocolos. Estos pueden ser utilizados por los pacientes en sus domicilios bajo supervisión médica del especialista.
Los efectos adversos son raros, leves y transitorios y los parámetros de seguridad suelen estar bien definidos por los propios equipos. Hormigueo, cierto disconfort o sensación de quemazón, dolor de cabeza transitorio, alteraciones de sueño o dificultad de concentración son los más usuales, cediendo en pocas horas por lo general.
Respecto a sus contraindicaciones, no debe ser utilizado en pacientes con desfibrilador, marcapasos, estimulador cerebral, metales intracraneales implantados, cicatrices recientes o en pacientes pediátricos (por falta de estudios).
En INNOVA SALUD MENTAL seguiremos profundizando sobre esta prometedora técnica en próximos artículos.
D. Vicente
Deja una respuesta